Establecido el primer meridiano, colóquense todos los lugares principales por latitudes y longitudes»
Mendoza y Ríos -Tratado de navegación
Seguro que sabrás que el meridiano de Greenwich es una línea imaginaria que une los polos y pasa por el antiguo observatorio astronómico de Greenwich (un suburbio de Londres), dividiendo el globo terráqueo en dos hemisferios: Este y Oeste.
Sirve de meridiano de origen o meridiano cero para, a partir de él, medir las longitudes en grados. Con las longitudes y con la ayuda de las latitudes (determinadas por otra línea imaginaria: el ecuador) se puede determinar cualquier posición terrestre.
El meridiano de Greenwich también sirve para marcar la base para el cálculo de las diferencias horarios en el mundo. Todos los países aceptan la “convención” del día universal, que comienza a medianoche (hora solar) en Greenwich.
Se adoptó como referencia en una conferencia internacional celebrada en 1884 en Washington.
Tal vez pienses, como me pasaba a mí, que el meridiano cero siempre había “estado” en Greenwich.
Sin embargo, descubrí hace un tiempo, leyendo «La carta esférica» de Arturo Pérez Reverte, que el meridiano cero estuvo antes en otros lugares.
Durante varios siglos, hasta la elección de Greenwich, la referencia del meridiano cero fue la isla de El Hierro, en el archipiélago canario (España), por ser el extremo más occidental del mundo conocido. Ptolomeo en el S.II lo situó en la isla de Rodas (Grecia), pero también estuvo en París, Cádiz y Cartagena, entre otras localizaciones.
Incluso después del acuerdo de 1884 hubo países como República Dominicana, Francia o Brasil que siguieron usando durante años otras referencias para el meridiano cero.
La importancia del meridiano cero es que es la base para el sistema horario mundial, así como la referencia imprescindible para ubicar toda posición terrestre y permitir el transporte y la navegación. Por ello su elección no es baladí.
Imagínate ahora, como el capitán que eres del navío de tu vida, dispuesto a determinar el rumbo a seguir y dando por supuesto que sabes dónde quieres ir…
…Que para iniciar tu viaje debes plantearte las siguientes preguntas:
- ¿Qué puntos de referencia tomas para elegir tu camino?
- ¿Cuál es el meridiano cero de tu carta de navegación?
- ¿Lo sabes?
- ¿Lo has elegido tú?
- ¿Eres consciente de que es una convención arbitraria?
- ¿Has pensado que es posible que no se trate de un punto objetivo y común a todo el mundo?
- ¿Se te ha ocurrido pensar que existen tantos meridianos cero como personas?
- ¿Te has planteado alguna vez que puedes navegar con otros instrumentos de orientación e incluso navegar a estima?
Si el meridiano cero de nuestra vida es el que influye y determina nuestras decisiones, no sólo hemos de ser conscientes de él sino también aceptar que puede que a lo largo de nuestra vida cambie de ubicación. ¡Buen viaje!
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