6 CREENCIAS PARA EL ÉXITO

«Si quieres ser un héroe, piensa como un héroe.»

Voltaire

Las personas de éxito comparten actitudes y creencias más que perfiles de personalidad o de formación. Por eso lo que es importante no es lo que la gente sea capaz de hacer, sino lo que las personas se creen capaces de hacer.

Una creencia es la sensación de total certeza que tenemos acerca de algo. Muchas de nuestras creencias son generalizaciones sobre experiencias vividas en el pasado. No las elegimos conscientemente y, muy a menudo, una vez hemos adoptado una creencia nos olvidamos de que es una interpretación de la realidad y no la realidad misma.

Como las creencias nos dan seguridad no estamos dispuestas a ponerlas en duda, ya que nos resulta desagradable la sensación de inseguridad. Preferimos buscar todo aquello que confirme nuestra creencia. No importe del tipo que sea. Y lo curioso, es que siempre acabaremos encontrando confirmación para cualquier tipo de creencia que tengamos, ya que nos convertimos en especialistas en anular todas aquellas situaciones que están en franca oposición con nuestra creencia.

Nuestras creencias son muy importantes porque están directamente relacionadas con nuestra actitud, con la interpretación que hacemos de la vida y lo que esperamos de ella.

Nuestras creencias influyen directamente en nuestras acciones y evidentemente en sus consecuencias.

Lo que muchas personas no saben es que podemos cambiar nuestras creencias, y lo que es más increíble: podemos elegir nuevas creencias y fomentarlas, cultivando precisamente esa búsqueda inconsciente, que en este caso haremos consciente, que nos reafirme en nuestras nuevas creencias.

¿Qué creencias pueden sernos útiles para conseguir el éxito en el área de nuestra vida personal y/o profesional?

Te sugiero cultivas las 6 creencias para el éxito:

Creencia 1: «SÓLO SÉ QUE NO SÉ NADA.»

Se basa en el principio socrático y según los sabios de la antigüedad es el principio fundamental para aprender y aplicar cualquier conocimiento. Las personas que se convencen de que no saben nada, escuchan todo como si fuese la primera vez, no juzgan ni evalúan: escuchan, aprenden y crecen.

Las personas que cuando escuchan ya están pensando la respuesta o están evaluando, dejan que su vocecilla interior interfiera con la escucha activa y, por lo general, sólo refuerzan lo que ya saben y, por lo tanto, aprenden poco.

Creencia 2: «EL CONOCIMIENTO NO ES PODER.»

Esta creencia muy difundida por la formación tradicional ha generado mucho profesional «en paro» y las universidades siguen «fabricando» parados, mientas que cada día hay emprendedores sin formación tradicional que crean empleos.

Saber más no va a cambiar tu vida si no lo aplicas. Sin embargo, si aplicas un poco de lo que ya sabes puedes cambiar tu vida y la de tus seres queridos para siempre.

Una de mis frases favoritas es que «si el conocimiento fuese poder, los profesores universitarios controlarían el mundo». Y es que yo misma he sido profesora universitaria, y te aseguro que no controlamos el mundo 😉

Reflexiona sobre esto: El conocimiento es entenderlo; la sabiduría es hacerlo.

Creencia 3: «NO SE PUEDE NEGOCIAR EL PRECIO DEL ÉXITO.»

Todo en la vida tiene un precio, no nos engañemos. No hay nada gratis, y si lo hay, automáticamente le restamos valor. Todo logro en la vida tiene un precio, que va más allá del monetario, y está compuesto también por tiempo, esfuerzo y emoción. Si no estás dispuesto a invertir, a pagar el precio, difícilmente alcanzarás lo que es importante para ti: tu éxito.

Esta creencia no tiene más explicación lógica, no esperes a llegar a la vejez para entenderla, nunca sabremos por qué hay gente a la cual le resulta más fácil alcanzar lo que desea.

El tema central de este concepto es que si algo es parte de mi éxito, quiere decir que es muy importante para mí y por ello debo estar dispuesto a pagar el precio que sea; todo lo demás es negociable.

Creencia 4: «TODOS VENDEMOS ALGO»

La raiz griega de vender es «servir». Como empresario, esta creencia forma parte de la religión del negocio. Si no la tienes, difícilmente puedes tener éxito. En un sentido más amplio, siempre digo que todos vendemos algo. El político nos vende sus ideas, a la espera de que le demos nuestros votos; el sacerdote nos vende una filosofía, a cambio de que seamos fieles de su fe y de su iglesia; la madre le vende a la hija que estudie, para que mañana tenga mejores oportunidades.

Pregúntate: ¿Qué vendo yo?

Creencia 5: «TENGO LA ABSOLUTA RESPONSABILIDAD DE TODO LO QUE ME OCURRE»

Las creencias no son verdades en sí mismas, pero deben ser adoptadas como tales para que funcionen, para que construyan nuestro destino.

Quienes creen que son responsables de sus vidas se convierten en personas proactivas, independientemente de lo que esté sucediendo a su alrededor. Quienes no creen en esto, generalmente encuentran la causa de sus problemas fuera de ellos y, por lo tanto, son víctimas, son personas reactivas.

Las personas que viven la vida a su manera, han buscado los medios, las que no lo hacen, siempre encuentran justificaciones a sus circunstancias y justamente eso los perpetúa en su estado de víctimas hasta que no asuman la responsabilidad del 100% de los que les ocurre.

Creencia 6: «TODO PROBLEMA ES UNA OPORTUNIDAD DISFRAZADA DE LA QUE PUEDO OBTENER UN GRAN BENEFICIO.»

Es una creencia básica para el éxito en cualquier campo de la vida. Es bastante conocido que el ideograma chino que representa crisis, está formado por dos ideogramas: uno que significa riesgo, y el otro, oportunidad. En la sabiduría china existe la creencia de que todo problema trae consigo un don, que cada adversidad contiene dentro de sí la semilla de un beneficio igual o mayor.

Es cierto, que cuando estamos inmersos en el problema nos puede resultar muy difícil identificar la ganancia. Es algo que nos ha sobrevenido, que no deseamos, que nos bloquea nuestras metas, que nos causa dolor. Pero también es verdad, que una vez que ha sucedido, resistirse, quejarse, llenarse de rabia, no lo va a solucionar. Lo único que nos queda es mirarlo con otros ojos y buscar en qué nos puede ayudar,  qué podemos aprender, qué nos aporta.