Cuando todos los días parecen iguales es porque las personas han dejado de percibir las cosas buenas que aparecen en sus vidas siempre que el sol cruza el cielo.”
Paulo Coelho
La definición de rutina es: “Costumbre o hábito adquirido de hacer algo de un modo determinado que no requiere tener que reflexionar o decidir.”
Nuestro cerebro está diseñado para ser lo más efectivo con el mínimo consumo de energía posible, por lo que tener rutinas que conviertan en automáticos pensamientos y acciones le facilitan su trabajo sin tener que perder tiempo y esfuerzo analizando cada una de las situaciones, es algo deseable para él. Y realmente, si lo pensamos bien, nos facilita la existencia. Esa es la parte positiva de la rutina.
El problema viene cuando identificamos “rutina” con monotonía y aburrimiento. O bien cuando tememos perder nuestra seguridad si salimos de nuestra rutina.
Para hacer que nuestra rutina sea provechosa y no sea un enemigo, es necesario que nos tomemos el tiempo de realizar pequeños cambios y acciones sencillas dentro de nuestras tareas diarias, de esta manera el cerebro estará creando nuevas conexiones que nos facilitará tanto la realización de nuestras tareas como incrementará su disfrute.
He aquí algunas maneras de ejercitarnos en hacer más positivas nuestras rutinas:
- Identifica de la manera más exacta aquello a lo que otorgas auténtico valor en tu vida. Aprecia todo lo que te rodea, por pequeño que sea, que te permite vivir tu vida.
- Encuentra la manera de disfrutar de todo lo que haces cada día. Si transmites esa alegría y optimismo a los demás, te volverá multiplicado.
- Cultívate: con la lectura, la música, salidas culturales, viajes, conversaciones, etc.
- Mens sana in corpore sano: asegúrate de que tu cuerpo está en forma para seguir tus inquietudes, intereses y objetivos. Cuida tu alimentación, respiración, ejercicio, etc.
- No vivas en el limbo ni te escondas; afronta los hechos cuando se tengan que afrontar, no pospongas.
- Procura mantenerte calmado, frío y desapegado del resultado en toda circunstancia, pero especialmente cuando amenaza la crisis.
- Reconoce siempre lo motivos que están detrás de lo que haces y de lo que dices.
- Haz lo mejor que puedas en el momento presente y con las herramientas de que dispongas. Y siéntete satisfecho por ello.
- Aprende a tomar decisiones, evita estar en ese «punto muerto» en el que dos ideas, dos caminos opuestos te mantienen estancado. Decide por el más adecuado o conveniente para tu presente y tu futuro teniendo en cuenta tus herramientas actuales y echa a andar.
- Termina siempre todas tus tareas, tanto si son grandes como si son pequeñas. Y, si lo necesitas, pide ayuda.
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”La cara positiva de las emociones negativas.” Isabel Sales
Eusebia dice
Gracias, gracias, gracias por estos tips , por su gran ayuda .