Hay gente que tiene dinero y hay gente que es rica.
Coco Chanel
Nos han repetido tantas veces que el dinero no da la felicidad que hemos acabado creyendo que es verdad y nos debatimos continuamente entre el deseo y la culpa. El deseo de ser ricos y la culpa de desear bienes materiales por creer que nos hará ser menos espirituales y más egoístas.
¡Menudo dilema! Y además … ¿Quién ha dicho que tenga que ser un dilema y que sólo se puede escoge uno de los dos?
¿Qué relación hay entre el dinero y la felicidad? Y si el dinero sí que da la felicidad ¿a más dinero, obtendremos más felicidad?
El dinero sí que influye, por supuesto, en la felicidad, pero sólo hasta cierto punto. Es necesario sentir que están cubiertas nuestras necesidades fundamentales, porque una vida en la pobreza se hace evidentemente mucho más difícil, y se convierte en una auténtica lucha simplemente por sobrevivir.
Pero se ha observado que, a partir de cierto punto de seguridad, cuando las necesidades materiales básicas están cubiertas (casa, comida, vestido, cuidados físicos, etc.) el dinero, aunque procura momentos de alegría y disfrute al poder procurarte mayores bienes materiales, a la larga no influye tanto en el estado general de felicidad de una persona como se pudiera imaginar.
Es decir, claro que el dinero ayuda a ser más felices, pero aumentar ese dinero no hace aumentar proporcionalmente la felicidad. Hay muchos elementos que intervienen en ella. Por lo que no vamos a profundizar en esa relación entre dinero y felicidad en este artículo, sino en el deseo legítimo de tener dinero.
De la misma manera que ser pobres no nos hace mejores personas, tener dinero tampoco nos hace peores personas. El dinero (o la falta de él) lo que hace es amplificar y mostrar nuestra verdadera esencia. Hay ricos buenos y malos como hay pobres buenos y malos.
A partir de aquí, date permiso y considera totalmente legítimo tu deseo de tener dinero.
Vivimos en un mundo de causa y efecto. De la misma manera que la salud es un resultado, la enfermedad es un resultado y hasta tu peso es un resultado, el dinero también es un resultado.
¿Y de qué depende la riqueza y el éxito como resultado?
Sustancialmente del modelo de dinero y de éxito que tengas.
Al igual que una casa se edifica siguiendo los planos y los detalles del proyecto del arquitecto, nuestro “modelo del dinero» es nuestra manera predefinida de relacionarnos con el dinero, nuestra programación interna.
Nuestro modelo financiero se compone a la vez de nuestros pensamientos, sentimientos, creencias y acciones en materia de dinero.
¿Y cómo se forma este modelo, esta programación mental sobre el dinero?
Las fuentes principales son:
- Los padres
- La familia en general
- Los amigos
- Las figuras que representan la autoridad
- El modelo de escuela y los profesores
- Los líderes religiosos
- Los medios de comunicación
- La cultura y la época en que nacemos.
De todas estas fuentes vamos incorporando conocimientos e informaciones que van a condicionar nuestros pensamientos. Nuestros pensamientos son los que determinan nuestras emociones y sentimientos; nuestro estado emocional es el que nos hace elegir las acciones que realizamos y, finalmente, nuestras acciones son las que nos conducen a nuestros resultados.
Son 3 LAS FORMAS EN LAS QUE SOMOS CONDICIONADOS en cualquier área de nuestra vida, entre ellas el dinero:
1.- PROGRAMACIÓN VERBAL
¿De pequeño qué oías decir sobre el dinero?
Eran comentarios de este tipo:
Nunca tendré suficiente dinero.
El dinero no da la felicidad.
El dinero no es espiritual.
Para hacer dinero hay que tener dinero.
Las personas ricas han logrado su riqueza con medios deshonestas.
El dinero es la fuente de todo mal.
Para ser rico hay que tener una carrera.
Invertir es muy arriesgado.
No tengo necesidad de ser rico, estoy bien como estoy.
O comentarios de esta otra clase:
Estoy feliz de poder crear lo que quiero con el dinero.
Hay dinero por todas partes.
Entra siempre más de lo que sale.
Soy sabio en mis compras y buen administrador de mi dinero.
Se puede crear riqueza de la nada.
Si otros lo han conseguido, yo también puedo.
Hacer dinero es divertido.
Se puede aprender a ganar dinero.
Se puede ser rico y buena persona.
Fuera de un tipo o de otro, todo lo que oímos ha quedado en nuestro inconsciente como si fuera la única verdad, y contribuye a crear nuestro futuro modelo financiero.
2.- MODELADO
Todos hemos aprendido a hablar, a caminar y a tantas otras cosas, observando e interactuando con las personas de nuestro entorno. La relación con el dinero también se aprende de los demás.
¿De pequeño, cómo se comportaban nuestros padres o tutores con el dinero?
¿Eran ahorradores?
¿No sabían ganarlo?
¿Ganaban dinero pero no sabían mantenerlo?
¿Ganar dinero era un quebradero de cabeza?
¿Lo encontraban divertido?
¿Les hacía discutir?
¿Se arruinaron o enfermaron por culpa del dinero?
3.- EXPERIENCIAS CONCRETAS
La tercera fuente principal de nuestro condicionamiento la representan las experiencias que hemos tenido con el dinero, con la riqueza y con las personas ricas.
Estas experiencias son muy importantes porque en ellas se basan gran parte de las creencias y de las ilusiones presentes.
Llegados a este punto…
¿Tienes ya una idea de cuál es tu programación respecto al dinero?
¿Estás «programado» para ahorrarlo o para malgastarlo?
¿Para gestionar bien tu dinero o para elegir siempre malas inversiones?
Una forma muy obvia de identificar nuestro modelo financiero es la de verificar nuestros resultados.
Si quieres seguir profundizando en el conocimiento de la relación que tienes con el dinero puedes realizar la siguiente actividad TEST FINANCIERO
Y recuerda: todo puede aprenderse para conseguir los resultados que deseamos.
Carlos de la Fuente dice
Excelente artículo Isabel, felicidades. Un abrazo 🙂
Isabel Sales dice
Muchas gracias Carlos! Espero que disfrutes de todos los artículos 😉 Un cordial saludo
Neus Moreno Ramirez dice
Gracias, excelente recordatorio, el camino ya lo he transitado en lo referente al dinero, pero me encanta recordar, refrescar para no bajar la guardia. Muchas gracias por este gran artículo.
Neus
Isabel Sales dice
Muchas gracias Neus por tus palabras 😉 Un cordial saludo
Isabel Sales dice
Gracias por tu mensaje, Neus! Así, es, hay que recordar, refrescar y seguir aprendiendo cosas nuevas. Un abrazo
Zhair Marrero dice
La verdad me doy cuenta ahora, que la palabra «suficiente» siempre estuvo en mi cabeza desde niña, «tenemos lo suficiente»,… y si siempre me ha alcanzado «lo suficiente», pero es hasta hoy que hago conciencia que fue lo suficiente para vivir…
Isabel Sales dice
Gracias Zhair por tu comentario. Me alegra ver que me sigues leyendo después de tantos años! 😉 Un afectuoso saludo!
Javier dice
Excelente