“La conquista de la felicidad» es un ensayo sobre la felicidad de Bertrand Russsell escrito hace casi 100 años (se publicó en 1930) pero del que todavía podemos aprender en la actualidad. Un enfoque de la felicidad desde la lógica ya que Russell fue matemático, lógico, filósofo y escritor, llegando a ganar el Premio Nobel de Literatura.
La primera parte del ensayo la dedica a analizar las causas de la infelicidad en la sociedad moderna, la mayoría de las cuales enfocándolas desde una perspectiva actual y adaptándolas a nuestra sociedad tecnológica curiosamente son totalmente aplicables.
Pero no es esa la parte que me interesa ahora, sino la segunda parte del ensayo en la que nos habla de “las causas de la felicidad”.
Según Russell hay dos clases de felicidad:
A- La felicidad natural, animal o de corazón.
B- La felicidad imaginativa, espiritual o de cabeza.
La diferencia entre ellas es que la primera es asequible a todo el género humano y la otra solamente a los que saben leer y escribir.
La primera es más simple, pero no por ello menos satisfactoria, la otra es más intelectual, que no por ello menos felicidad. Ambas felicidades encuentran el mismo fundamento y son perfectamente compatibles.
La clave de ambos tipos de felicidad es tratar siempre de enfocarse a una tarea con la que uno disfrute y aprender hasta perfeccionarla. Tenemos que ampliar nuestros intereses buscando actividades que nos satisfagan y en las que seamos capaces de mejorar con la práctica y la voluntad. Puede ser desde dedicarse a la jardinería o a la cocina hasta ser un gran artista o científico, pasando por la albañilería o cualquier otra actividad que nos dé satisfacción por sencilla que parezca.
Esas son, pues, dos de las claves para tener a nuestro alcance una fuente inagotable de felicidad: encontrar el placer de realizar tareas, sencillas o complejas, e ir ampliando nuestros intereses paso a paso
El secreto de la felicidad es éste: que tus intereses sean lo más amplios posible y que tus reacciones hacia cosas y personas interesantes sean amistosas en vez de ser hostiles»
Otra clave es el entusiasmo, disfrutando de la variedad de espectáculos y experiencias sorprendentes que nos da la vida. Y la curiosidad, que es innata a la naturaleza humana.
Cuantas más cosas interesen aun hombre, más posibilidades de felicidad tiene y menos expuesto se halla a cualquier accidente, pues si una te falta, puede dedicarse inmediatamente a otra. La vida es demasiado breve para interesarnos en todo, pero está bien que nos interesemos por todo cuando puede hacernos pasar el tiempo.»
Otra clave para ser razonablemente feliz hay que aprender a pensar del modo adecuado y en el momento adecuado. Parafraseándole, “El sabio solo piensa en sus problemas cuando tiene sentido hacerlo; el resto del tiempo piensa en otras cosas o, si es de noche, no piensa en nada”.
Es evidente que la felicidad depende en parte de las circunstancias y en parte de uno mismo. La felicidad es una conquista, y no un regalo divino, por ello tenemos que esforzarnos por alcanzarla.
LIBRO RECOMENDADO: (Haz clic en la imagen.)
”La conquista de la felicidad» Bertrand Russsell
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