Si tienes PASIÓN Y VISIÓN pero no tienes ACCIÓN: estás soñando despierto.
Si tienes VISIÓN Y ACCIÓN pero no tiene PASIÓN: vives en la mediocridad.
Si tienes PASIÓN Y ACCIÓN pero no tienes VISIÓN: llegarás a tu objetivo, pero descubrirás posiblemente que era la meta equivocada.
Lo necesitamos todo: VISIÓN + PASIÓN + ACCIÓN
Dice un proverbio suajili: «Penye nia pana njia» (Donde hay un deseo/voluntad, hay un camino.)
¿Por qué sin embargo muchas personas se dan por vencidas frecuentemente aún antes de haber intentando hacer algo nuevo?
- ¿Es por falta de coraje?
- ¿De confianza en si mismos?
- ¿De disciplina?
- ¿De falta de claridad sobre lo que se quiere o de por qué se quiere?
- ¿Es por comodidad?
Si se les pregunta, muchas personas responderán que no lo intentan porque no tienen posibilidades debido a:
- Su entorno
- A la educación que recibieron de su familia
- A la falta de recursos económicos
- A que nadie les da oportunidades
- Y si insistimos mucho, acabarán echando la culpa de su frustración, de la renuncia a sus sueños y de su inacción al gobierno de turno, a la crisis, a la globalización o a lo que sea.
Pero la responsabilidad de lo que hacemos es nuestra. Claro que la vida no es justa, si entendemos por «justa» un reparto equitativo desde el nacimiento de bienes económicos, capacidad intelectual y salud, entre otras cosas.
No es posible hablar de justicia después de ver, por ejemplo, a los niños masais que caminan cada día una hora y media o dos horas de ida y otras tantas de vuelta para ir al colegio, al que van por cierto con un impoluto uniforme (que es la única ropa decente que tienen).
¡Qué contraste con el fracaso escolar de nuestros mimados niños que lo tienen todo pero a los que siempre les falta algo.
Sí, la vida es dura e injusta, a veces. Pero sólo nos queda jugar “La Partida de la Vida” con las cartas que el azar nos ha repartido, no hay más.
Yo creo que, en definitiva, todo se reduce al miedo…
- Miedo a intentarlo por si se fracasa.
- peor aún, miedo por si se tiene éxito (con todo lo que conlleva).
- Miedo al qué dirán.
- Miedo a perder la «confortabilidad» del disconfort (el famoso «más vale malo conocido que bueno por conocer” ¡cuanto daño nos ha hecho!) pero que nos mantiene seguros en ese malo conocido.
- Miedo a destacar sobre los demás.
- Miedo a ser diferente.
- Miedo a asumir el total rumbo de tu vida.
- Miedo a tener que ser coherente con lo que quieres y lo que eres.Miedo a ser responsable de tus acciones.
- Miedo a pagar el precio.
Porque, sí, todo en la vida tiene un precio (en dinero, tiempo, esfuerzo, emociones, renuncias) y el que no esté dispuesto a pagarlo no puede pretender lograr sin más su objetivo.
¿Tienes algún sueño en el fondo de tu corazón desde siempre pero que todavía no te has atrevido a realizar?
¿Por qué esta falta de acción?
¿Vas a hacer algo al respecto?
¿O eliges pasarte los próximos 30 ó 40 años de tu vida pensando: «Si al menos hubiera hecho esto o si hubiera hecho eso otro»?
El objetivo no es liberarse del miedo, porque este siempre existirá y es necesario en ocasiones, sino hacer tan importante El Objetivo que caminemos hacia él con fuerte determinación, sin importarnos la compañía de nuestros miedos, sabiendo que nuestra voluntad es mucho mayor.
LIBRO RECOMENDADO: (Haz clic en la imagen.)
«La conquista de la voluntad” de Enrique Rojas
***Si quieres trabajar de manera práctica estas cuestiones y otras muchas para sentirte mejor y aprender herramientas para conseguir tus objetivos, puedes inscribirte en mi Programa de Coaching On Line: EN MARCHA. (Haz clic en la imagen para más información)
Interacciones con los lectores