“En las orillas del Guadalquivir se encontraron huellas de antiguos pueblos que habitaron estas tierras antes de los fenicios y los romanos.”
Tito Livio, «Ab urbe condita» (Lib. XXXIX)
En el anterior artículo hablaba sobre Troya y hoy el tema es la Atlántida. ¿Será que me he vuelto arqueóloga de pronto? Ja,ja,ja, no, es sólo casualidad, aunque de niña fantaseaba con ello y me fascinaba el mítico libro de Ceram: “Dioses, Tumbas y Sabios”.
Acabo de regresar de un viaje muy especial que quería compartir contigo: “Tras las huellas de la Atlántida”. Un viaje inolvidable entre el Mito y la Historia por las provincias de Sevilla, Huelva y Cádiz con tres expertos estudiosos del tema: Manuel Pimentel, editor y director del programa de TVE “Arqueomanía”, José Orihuela, antropólogo y doctor en filosofía y Michael Donnellan, arqueólogo y documentalista.

Una intensa inmersión en yacimientos protohistóricos, dólmenes de más de 6.000 años de antigüedad, monasterios, islotes, el magnífico parque de Doñana, cerros, marismas, monumentos megalíticos, museos arqueológicos, castillos, templos, playas, el río Guadalquivir, incluso una cena en una de las bodegas más emblemáticas de Jerez y mucho más, que me ha dejado maravillada y con ganas de volver a Andalucía.
Pero lo más importante siempre son las personas, descubrir qué las mueve, cuál es su motor interno para perseguir su pasión y sus sueños.

De esto y de uno de los grandes aprendizajes de la Atlántida te hablo en el artículo de esta semana.
ATLÁNTIDA
En las costas occidentales del mundo conocido, cerca de las columnas de Hércules, existía una gran civilización que se perdió bajo las aguas.”
Platón, «Timeo»
Lo primero es diferenciar el Mito de la Historia avalada por los estudios científicos.
Platón habla de la Atlántida en dos de sus diálogos: Timeo y Critias. Se trata de una civilización del Atlántico de la época del Holoceno (época geológica que comenzó hace unos 11.700 años). Se desarrolla durante el Calcolítico (Edad del Cobre) y desaparece por una catástrofe natural después de la Edad de Bronce, quedando sumergida en el mar.
La Atlántida sería todo un extenso territorio situado más allá de las columnas de Hércules (el Estrecho de Gibraltar) con un sistema político talasocrático (basado en el comercio y la navegación) y, Atlantis, su capital, habría quedado totalmente destruida posiblemente por un tsunami.
Platón la describe como un estado poderoso que pasó de ser una sociedad muy organizada y rica en recursos naturales, un lugar próspero y avanzado, a ser una civilización corrupta y ambiciosa, tan arrogante que incluso intentó invadir Grecia.

La Atlántida ha fascinado a lo largo de la historia a filósofos y pensadores, historiadores, arqueólogos, científicos, escritores de ficción, al cine y a los medios de comunicación, a entusiastas del misterio, hasta a movimientos esotéricos y ocultistas pasando por los nazis.
De ahí que haya surgido el Mito de una civilización perdida, avanzada técnicamente en su época, incluyendo la electricidad, un pueblo de casi superhombres, altos y rubios, de manera que su imagen se va alejando poderosamente de lo que puede ser real, quedando convertida en una fantasía imposible de certificar científicamente.
Pero de lo que se trata es de buscar los vestigios, las posibles conexiones e influencias en otras culturas y civilizaciones posteriores de manera científica.
Sin embargo, esta búsqueda se vuelve difícil porque la comunidad científica en general, al mantener un enfoque escéptico al respecto, tiende a menospreciar a las personas que se lanzan a un estudio serio de la existencia y posible localización de la Atlántida.
¿Cómo son los profesionales, los científicos que se atreven a ir contra el “paradigma” científico actual?
Son personas con una combinación única de curiosidad, audacia e independencia intelectual.
No se conforman con lo que ya está aceptado y buscan nuevas explicaciones, teorías y modelos que puedan mejorar la comprensión del mundo.
Tienen un enfoque crítico y están dispuestos a cuestionar incluso las ideas más fundamentales.
Es así como se consigue cambiar el rumbo del conocimiento humano.
Porque son capaces de seguir su pasión frente a las presiones de su entorno.
Así son las tres personas tan magníficas que he conocido en este viaje tan especial 😉 que nos han guiado hacia el descubrimiento de nuestros posibles ancestros.
Investigar la existencia de la Atlántida trasciende el mero interés por un mito. La búsqueda de esta civilización perdida enriquece nuestra comprensión de la historia al encontrar ese eslabón perdido anterior a la llegada de los fenicios, anterior a los tartessos en la Península Ibérica.

Según el Dr. José Orihuela el mensaje que nos transmite la Atlántida es que:
“Ninguna situación está controlada nunca, una civilización por grande que sea, por poderosa que sea, aunque esté ahora en la cima, en cualquier momento cae. No conocemos ninguna civilización en la historia que no haya caído.”
Es una valiosa lección sobre el progreso y la fragilidad de las culturas.
Y nos plantea las siguientes preguntas:
¿Qué pasará con nuestra civilización actual? ¿Se acabará extinguiendo? ¿Estamos ya camino de ello? ¿Cuánto dura el fin de una cultura? ¿Cómo se dan cuenta sus habitantes? ¿Se puede hacer algo?
LIBRO RECOMENDADO: (Haz clic en la imagen.)
«Atlántida. La luz de Occidente». José Orihuela. Ed. Almuzara
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