Una antigua y popular historia hindú cuenta que seis ciegos se encontraron por primera vez con un elefante; para descubrir de qué se trataba se pusieron a palparlo.
El hombre que tocó la pata dijo que el elefante era un pilar; el que tocó su cola dijo que era una cuerda; el que tocó su trompa dijo que era la rama de un árbol; el que tocó la oreja dijo que era un abanico; el que tocó su costado dijo que era una pared; y el que tocó el colmillo dijo que el elefante era un tubo sólido.
Tras discutir acaloradamente acudieron a un sabio del lugar para que decidiese quién de ellos tenía la razón.
El sabio les dijo: «Todos ustedes están en lo cierto, porque cada uno tocó una parte diferente del animal. El elefante tiene todas y cada una de las características que mencionaron.”
¿Qué podemos extraer de esta historia?
Seguro que se te ocurren multitud de ideas, algunas muy evidentes, algunas muy simples, pero sin duda alguna, también podemos sacar conclusiones contradictorias entre sí. Reflexiona a medida que vayas leyendo y marca las afirmaciones con las que estás de acuerdo:
- La verdad es relativa porque cada persona llega a conclusiones diferentes.
- La verdad es objetiva porque verdaderamente sí que hay un elefante que es una realidad objetiva, independiente de cualquier punto de vista personal.
- La verdad es compleja porque tiene muchas facetas y, a veces, es muy difícil de captar.
- La verdad no es relativa porque sí que existe, sólo tenemos que averiguar qué pieza del rompecabezas que forma el todo tenemos en nuestras manos.
- La verdad puede ser dicha de diferentes maneras.
- La verdad es colectiva, Si los cuatro ciegos hubieran intercambiado información, habrían podido juntar todas las piezas para tener una imagen más clara sobre la identidad del elefante.
- La verdad no es fácil de ver. Para “ver” al elefante en su conjunto debes tener la mente abierta y cuestionar tus principios, suposiciones y creencias.
- La verdad subjetiva de uno, aunque parcial, puede ser también verdadera.
Es una historia en apariencia sencilla, y podría parecer que la respuesta a quién tiene razón también es fácil, podríamos concluir que lo importante es el respeto por las perspectivas diferentes y vivir en armonía con personas que tienen un sistema de creencias diferente.
Pero las cosas complejas e importantes de la vida nunca tienen respuestas simples. Podemos ir más allá y plantearnos más preguntas:
- ¿Cuáles son los límites de la percepción humana acerca de la verdad?
- ¿Cuál es la importancia del contexto?
- ¿Qué medios son los lícitos para comunicar la verdad?
- Si la necesidad de comunicación es inherente al ser humano, ¿cómo podríamos refinar y mejorar esa comunicación interpersonal?
- ¿Cuál debe ser el comportamiento de los expertos en campos donde hay un déficit o una falta de acceso a la información?
- ¿Hasta donde llega la responsabilidad del individuo en la interpretación de la verdad?
- ¿Cómo “cambia” la verdad cuando el individuo se convierte en “masa”?
- …..
Seguro que llegados a este punto de la lectura, se te han ocurrido más de media docena más de preguntas. Porque ojalá lo más complicado en la vida fuera “identificar a un elefante” 😉
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