Gestionar adecuadamente las emociones no significa negar tus emociones negativas. Tener miedo, sentir tristeza, rabia u odio son también emociones necesarias para nuestra supervivencia.
Todas las emociones humanas, tanto las que nos proporcionan placer inmediato como las que nos crean cierto sufrimiento, forman parte de nuestra naturaleza. La sabiduría consiste en saber identificarlas, escucharlas y aprender del mensaje que nos están transmitiendo.
Te propongo una serie de actividades para gestionar tus emociones negativas y mejorar tu estado emocional. En esta nueva entrega hablaremos del valor de la desconexión consciente y motivada.
DESARROLLO PERSONAL
12 OBSTÁCULOS PARA TENER DINERO + Test Financiero
La riqueza en el sentido más amplio es abundancia, es, por lo tanto, mucho más que sólo tener dinero. La riqueza es la abundancia de bienes materiales pero también de bienes intangibles y espirituales, y es de agradecer.
No obstante, también es cierto que una cantidad de dinero que satisfaga las necesidades básicas nos facilita la vida, y nos permite dedicarnos a perseguir nuestros sueños, a vivir nuestra pasión y nuestra misión de vida, en lugar de limitarnos a sobrevivir.
Ser rico en el ámbito material es un deseo muy humano y también es lícito, forma parte de ese deseo que todos tenemos de querer mejorar, crecer y prosperar.
Pero, ¿por qué la mayoría de las personas nunca llegan a ser ricas?
Estas son 12 de las principales razones:
- Las personas, en general, no definen con claridad lo que es para ellas la riqueza. Lo que es suficiente para “su” vida o lo que desean conseguir. Desear “ganar más” no es definir (puedes ganar 100 € más al año y seguro que no consideras que has logrado ser más rico). Cada persona tiene unas necesidades distintas.
- Cuando deciden definir lo que es ser rico, definen la riqueza de manera que les resulta imposible alcanzarla. Por ejemplo: “Voy a ganar 1 millón de euros en 1 año”. Es posible que este objetivo sea razonable para un inversor que parta de un gran capital, pero no para la mayoría de las personas.
- Por lo tanto, no creen que la puedan alcanzar nunca. Y lo que ocurre es que si tan siquiera tú mismo te “crees” esta posibilidad, no te sentirás motivado ni harás el esfuerzo y sacrificio necesario para lograrlo. Tal vez en el fondo y de manera inconsciente no se sienten merecedoras de dicha riqueza, y una manera de “justificarse” es plantearse objetivos inalcanzables,
- Asocian emociones y/o creencias negativas a la creación y a la posesión de riqueza. Por ejemplo creen que “los ricos” son unos mezquinos que han amasado fortunas gracias a la suerte (herencias, loterías, etc.) o a acciones poco éticas (“pelotazos”, «braguetazos», estafas, etc.) Aquí entra en juego el Poder de las Creencias, y especialmente de las creencias relacionadas con la propia identidad. Si consideras que todos los ricos son malas personas, como tú no quieres ser mala persona, acabas por sabotearte de manera consciente o inconsciente para no ser nunca rico.
- No consideran necesario alcanzar la Abundancia Financiera. Seguro que conocer a alguna persona que defiende que está muy bien siendo pobre y que no quiere tener dinero. Si es tu caso, y tienes todas tus necesidades resueltas y eres feliz, no hay nada que objetar.
- No desarrollan una estrategia concreta y realista para construir riqueza. “¡Deseo ser rico!” – “¡Ah! ¡Muy bien!… ¿Y qué piensas hacer al respecto?” No tienen ni idea de qué hacer para ser ricos, pero tampoco se molestan en estudiar, aprender y preguntar a los demás.
- Si tienen una estrategia, no la persiguen con constancia, focus y acción masiva. Puede que tengan un plan, pero se cansan pronto del esfuerzo y del sacrificio del ahorro, o se sientan desanimados porque su entorno no les comprenden o les critican.
- Dependen demasiado de los llamados “expertos” o gurús en lugar de considerarse a sí mismos responsables. La culpa es de todo el mundo menos nuestra: si no tengo el trabajo que quisiera es culpa de las circunstancias, si perdí dinero en la Bolsa es culpa del economista que me aconsejó mal… y seguimos culpando a la crisis, a los bancos, al jefe, a los subordinados, al tiempo, a nuestra pareja, a nuestro perro, etc.
- Permiten que los momentos de crisis financiera se conviertan en catástrofes financieras. Recuerda la frase: “Para salir del pozo en el que te encuentras, primero has de dejar de cavar”.
- No llevan su vida como si fuese una actividad comercial donde al final de cada año tiene que haber ganancias. “Debemos ser empresarios de nuestras vidas”.
- Permiten que las reacciones emocionales de los demás (optimismo o pesimismo) influyan en la realización inteligente de sus planes.
- No se preocupan de formarse de manera continua a través de la lectura, de cursos o de mentores.
¿Te ves reflejado en alguna de estas razones? ¿Qué podrías hacer para conseguir con más facilidad tus objetivos? ¿Cuáles son tus obstáculos? ¿Son reales o son excusas?
Si quieres conocer con más detalle cuál es tu situación respecto a tu psicología financiera y tu formación, te propongo un ejercicio:
Sí, quiero descargar gratis y rellenar el TEST FINANCIERO
No importa el punto en el que te encuentras ahora, piensa que con conocimientos y práctica se puede aprender casi todo. También puedes aprender a manejar tus finanzas personales para que estén a la altura de tus metas.
10 MANERAS DE AUMENTAR TU ENERGÍA
Podríamos definir la energía personal como la capacidad física, mental, emocional y espiritual que tenemos para trabajar, enfrentarnos a los desafíos del día a día, ilusionarnos con nuevos proyectos, disfrutar de la vida y sentirnos bien.
Nuestra energía personal es nuestro mayor activo por lo que nos conviene cuidarla, mantenerla y fomentarla para una vida más equilibrada y plena.
He aquí una serie de actividades que podemos realizar para aumentar dicha energía:
1- Respira profundamente
La respiración es la primera fuente de energía. Muy evidente, estarás pensando, sin respiración no hay vida. Pero lo que no resulta tan evidente, es que nuestra energía proviene de nuestras células, se produce en unas minúsculas fábricas de energía llamadas mitocondrias. En ellas y gracias a la inyección de oxígeno suministrada por nuestra respiración la glucosa es transformada en energía.
Por lo que un mayor aporte de oxígeno gracias a una respiración profunda se traduce en una mayor generación de energía. Aumenta también la capacidad del cerebro de estar atento y despierto.
2- Muévete
¿Necesitamos energía para generar movimiento o el movimiento genera energía? ¡No pretendo que respondas a esta preguntas porque es evidente que movimiento y energía están íntimamente relacionados y sería como pretender descifrar qué es primero si el huevo o la gallina!
¿Te ha ocurrido alguna vez estar sentada o tumbada en el sofá esperando sentir una sensación de vitalidad y energía para ponerte a realizar una tarea y ver como no llega? ¿Y, al contrario, empezar a hacer alguna actividad sin ganas pero poco a poco ir viéndote involucrada en ella y cada vez con más ganas?
Tu nivel de energía está directamente relacionado con la manera en que te muevas. ¿Te falta energía? Eso significa que te falta movimiento. Ponte en movimiento, en acción para movilizar tu energía y hacerla subir.
Puedes ponerte música y bailar, o puedes dar saltos (como los niños cuando dan saltitos de alegría), curioso lo que les ocurre a los niños, ¿Verdad? Siempre repletos de energía, incansables, y eso que nunca paran, nunca están quietos, siempre en movimiento, tendrá algo que ver? 😉
Observa, por ejemplo, el movimiento que muchos de nosotros hacemos de forma espontánea cuando algo nos sale estupendamente bien, levantamos el brazo, cerramos el puño a la vez que bajamos el brazo con fuerza flexionando el codo y gritamos “Bien”!!, “Sí”!!, “Guay”!! Es lo que Tony Robbins llama un “movimiento de poder”. Un movimiento rápido del cuerpo que despierta nuestra energía y nos permite sentirnos mejor y con mayores recursos. ¿Cuáles son tus movimientos de poder? Descúbrelos! Invéntalos!
Mueve tu cuerpo para generar energía, no esperes a “tenerla” para moverte, genérala tu misma.
3- Hidrátate
El agua es el principio de todas las cosas. Está presente en las células del cuerpo y colabora en todas las funciones del organismo (nuestro cuerpo está compuesto de un 70% de agua) , por ello no es de extrañar que necesitas abundante agua.
Es vital para que nuestro cuerpo funcione en excelentes condiciones. El cuerpo humano no almacena el agua, por eso, la cantidad que perdemos cada día debe restituirse para garantizar el buen funcionamiento del organismo.
Los médicos recomiendan entre 6 y 8 vasos de agua al día. Adquiere el hábito de llevar contigo una botella de agua para que te sea fácil beber regularmente. Hazlo antes incluso de sentir sed, cuando nuestro cerebro dispara la sensación de sed, ya es tarde, nuestro cuerpo ya está en proceso de una ligera deshidratación.
Los alimentos que comemos son nuestra segunda fuente de hidratación. Las frutas y verduras pueden alcanzar entre un 80 y un 90% de su peso en agua. Si incluimos estos alimentos en nuestra dieta, ingerimos de 1 a 1,5 litros de agua casi sin enterarnos. Es decir, que comemos la mitad del agua que nuestro cuerpo necesita al cabo del día.
Razones para hidratarte:
- Facilitas el transporte de nutrientes en tu organismo.
- Regulas la temperatura de tu cuerpo.
- Hidratas tu piel.
- Facilitas la digestión.
- Aumentas tu capacidad de concentración en los estudios o en el trabajo.
- Consigues que tus riñones funcionen mejor.
- Ayudas a diluir líquidos corporales.
- Previenes el riesgo de cálculos renales.
- Tienes más energía
4- Haz ejercicio físico
“Mens sana in corpore sano”
El ejercicio nos ayuda a fortalecer los órganos y a mantener nuestros sistemas internos funcionando en buen estado, es bueno para el corazón, fortalece los músculos, incrementa la flexibilidad, ayuda a mantener un peso adecuado y, además, nos hace sentirnos mejor.
Si haces ejercicio adecuado de forma regular, después de hacerlo te sentirás con más energía.
Cuando más cansado te sientas es cuando más necesitas moverte y hacer ejercicio, aunque sólo sea dar un paseo a paso ligero durante 20 minutos.
Elige ejercicios aeróbicos. El ejercicio aeróbico es un tipo de actividad que requiere oxígeno.
La actividad aeróbica hace que el corazón lata más fuerte, sudes y se te acelere la respiración.
Si proporcionas regularmente a tu corazón este tipo de entrenamiento, todavía desempeñará mejor su función de distribuir oxígeno (a través de células sanguíneas portadoras de oxígeno) a todas las parte de tu cuerpo.
Algunos ejercicios aeróbicos son:
- Caminar a paso ligero.
- Nadar
- Correr
- Jugar a baloncesto, a fútbol
- Patinar
- Esquí de fondo
- Montar en bicicleta
- Saltar a la cuerda o a la pata coja
Una gran forma de mantenernos bien es practicando yoga o taichí, por ejemplo.
5- Cambia tu expresión facial: sonríe
Los científicos han comprobado que la risa franca, la carcajada, aporta múltiples beneficios: rejuvenece, elimina el estrés y las tensiones, controla la ansiedad, mejora la depresión, disminuye el colesterol, alivia el dolor, mejora el insomnio, los problemas cardiovasculares y respiratorios, etc. Además de aportarnos alegría y relajación también nos ayuda a transformar nuestros pautas mentales.
Hace más de 4000 años en el Antiguo Imperio Chino, había unos templos en donde las personas se reunían para reír con la finalidad de equilibrar la salud. En la India también se encuentran templos sagrados en donde se puede practicar la risa.
En antiguas culturas de tipo tribal, existía la figura del «doctor payaso» o «payaso sagrado», un hechicero vestido y maquillado que ejecutaba el poder terapéutico de la risa para curar a los guerreros enfermos.
Sigmund Freud atribuyó a las carcajadas el poder de liberar al organismo de energía negativa, algo que ha sido científicamente demostrado al descubrir que el córtex cerebral libera impulsos eléctricos negativos un segundo después de comenzar a reír.
Puedes empezar simplemente probando a sonreír. Al sonreír ponemos en marcha 32 músculos de la cara, dicho movimiento favorecerá un mayor bombeo de oxígenos a los lóbulos centrales, esto estimula la secreción de endorfinas, hormonas responsables en gran parte de la sensación de bienestar.
Bueno, ¿A qué esperas para disfrutar de este recurso tan fantástico como gratuito? ¿Echamos unas risas?
6- Hazte preguntas que te potencien
Estamos continuamente dialogando con nosotros mismos, “Esto me ha salido bien” “No voy a llegar a tiempo” “Qué fastidio” “Cómo me gustaría tenerlo” “¿Por qué me pasa esto a mi?”, etc. No solemos ser conscientes hasta qué punto la “calidad” de estos comentarios y preguntas que nos hacemos continuamente influyen en la calidad de nuestra vida.
Si te preguntas: “¿Qué cosas negativas tengo?” automáticamente tu mente tratará de cumplir tu orden y buscará todo aquello que es negativo según tus parámetros. Y el resultado que obtendrás será un listado desalentador, que minará tu autoestima y te restará energía en lugar de proporcionártela.
Sin embargo, si te preguntas: “¿Qué hago bien? ¿Cómo puedo mejorarme? ¿De qué me siento feliz ahora?”, tendrás acceso a una serie de respuestas que te ayudarán a sentirte mejor porque te enfocarán sobre lo positivo de tu vida y sobre la manera de que sea todavía mejor.
Crea tus propias preguntas potenciadoras y utilízalas a lo largo del día, especialmente por la mañana y cuando te enfrentes a situaciones complicadas que hayas de resolver.
Aquí tienes algunos ejemplos:
- ¿Qué puedo hacer hoy para mejorar mi vida?
- ¿Qué puedo aprender de este problema?
- ¿Qué me hace sentirme feliz ahora?
- ¿De qué me siento orgullosa en mi vida?
- ¿Qué he aprendido hoy?
- ¿A quién amo? ¿Quién me ama?
- ¿Qué elementos tengo bajo mi control?
- ¿Cómo voy a aumentar mi capacidad para avanzar hacia mis metas?
- ¿Qué he disfrutado hoy?
Recuerda que tus preguntas frecuentes determinan tu enfoque, y que aquello en lo que te enfocas de forma continuada es lo que atraerás a tu vida.
7- Conéctate con la energía de otras personas
Seguro que habrás experimentado la sensación de quedarte sin fuerzas después de compartir tu tiempo con una persona negativa, cínica, una de esas personas que sólo saben quejarse y son especialistas en encontrar lo negativo en cualquier persona o actividad y capaces de imaginar los mayores desastres en cualquier potencial proyecto. Esas personas cuyo lema es: “Piensa mal y acertarás”.
Sin embargo, hay otras personas cuya única presencia te reconforta, te hace sentir mejor, es agradable charlar con ellas, transmiten fuerza y ánimos. Son personas positivas que muestran un genuino interés por ti. Después de estar en su compañía te sientes con las pilas recargadas.
Las personas con quienes estás impactan en tu energía. Busca las personas positivas y cultiva su amistad, planifica momentos con ellas, especialmente cuando necesites elevar tu vitalidad. Y distánciate de las que sabotean tu energía.
8- Estimula tus sentidos: Tacto, visión, olfato, gusto, oído
Escucha una música que te inspire, tómate un zumo de fruta recién exprimido, deleita tu piel con un masaje o un crema perfumada, enciende velas, deja que la brisa acaricie tus cabellos, huele esencias de vainilla, canela, limón, etc. siente el sol sobre tu cara.
Cosas sencillas para despertar tus sentidos, que pueden marcar una diferencia positiva en un momento en que te sientes con muy poca energía.
9- Aliméntate sano
La digestión es una de las funciones biológicas que más energía consume. Sí, puede parecer una paradoja, nos alimentamos para conseguir energía para nuestro cuerpo y nuestra mente, y el proceso de la digestión consume parte de esa energía. Así es.
Si deseas mantener tu energía de manera continua a lo largo del día, presta cuidado a tu alimentación. Procura tomar alimentos sanos, no pesados y bien combinados.
Todos hemos experimentado la sensación de sopor que nos invade después de una comida copiosa. Sólo tenemos que recordar la comida de Navidad o de alguna otra celebración similar. Lo único que nos apetece después de una comida abundante es descansar.
Pero, ¿En qué quedamos entonces? ¿Por qué en lugar de tener más energía después de ese plato de pastas con salsa de queso y ese filete con patatas fritas, lo que me siento es cansada y con ganas de tumbarme un ratito y no hacer nada?
Lo que comes no es inocente, todo tiene un impacto sobre tu bioquímica y sobre tu vitalidad.
Elige alimentos naturales: frutas y verduras especialmente. Trata de no comer en exceso y evitar al máximo los alimentos refinados o muy procesados.
10- Duerme plácidamente
Para tener más energía a veces lo que necesitas es descansar un rato: lógico.
Trata de mejorar tu calidad de sueño, que sea auténticamente reparador. Dormir bien es una excelente manera de mejorar tu estado de ánimo durante el día. Recuerda que un mal descanso incide directamente en tu humor, te hace sentir cansada e irritable, y sobre todo no te ayuda a cambiar la actitud.
Desconéctate del día, no te quedes pensando en todo lo que tienes pendiente. Ayuda a tu mente a “dormirse” al son de tu cuerpo. Asegúrate de ir relajándote poco a poco antes de ir a dormir. Evita ver programas de televisión de alto impacto visual o psicológico inmediatamente antes de irte a la cama (y mucho menos en la cama!)
Realiza cambios en tu ambiente si lo necesitas: abrir la ventana, una almohada más cómoda o un colchón de látex, etc.
Duerme lo necesario, pero tampoco en exceso (7-8 horas)
FRENTE A LAS EMOCIONES: 3 ESTILOS
Fragmento del Capítulo 6 de mi libro: «La Cara positiva de las emociones negativas» de Editorial Amat.
Amurallar el propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior.
Frida Kahlo
Según los psicólogos Peter Salovey y John Mayer, que acuñaron el concepto de inteligencia emocional antes que Goleman, existen tres estilos diferentes de personas según cómo respondan a sus emociones:
1.- LAS PERSONAS QUE SE SIENTEN ATRAPADAS EN SUS EMOCIONES.
Son quienes se sienten a menudo desbordadas por sus emociones y creen que estas son entes con vida propia que las persiguen y que no se pueden regular ni manejar.
Son personas a las que con frecuencia les falta una mayor perspectiva sobre sus emociones y sentimientos y que creen que no tienen ningún control sobre los acontecimientos de su vida. Cambian muy a menudo de objetivos y de deseos y creen que no pueden controlar su vida emocional.
Al no poder lidiar con sus emociones negativas, lo que suelen hacer es rechazarlas, y al no desaparecer por sí mismas por no ser escuchadas, lo que consiguen es dotarlas de más fuerza, incrementando así su creencia de que no pueden cambiarlas.
2.- LAS PERSONAS QUE SON CONSCIENTES DE SÍ MISMAS.
Son capaces de sentir y manejar adecuadamente sus emociones, sentimientos y estados de ánimo. Tienden hacia una visión positiva de la vida y creen que es posible hacer frente a las emociones.
Cuando se ven entrando en un estado de ánimo negativo son capaces de reaccionar y hacer lo necesario para salir de él, antes de que este se intensifique, pero siempre aceptando dichas emociones negativas y tratando de escucharlas.
Creen que, aunque no siempre somos felices ni estamos contentos, se puede aprender a llevar una vida mejor y a gestionar nuestra vida emocional.
3.-LAS PERSONAS QUE ACEPTAN CON RESIGNACIÓN SUS EMOCIONES.
Al igual que las anteriores, perciben con claridad lo que están sintiendo, pero la diferencia es que tienden a aceptar pasivamente sus estados de ánimo sin tratar de cambiarlos.
Si son individuos que tienden a experimentar estados de ánimo negativos y los aceptan, pueden llegar a ser personas deprimidas. La gran diferencia con las personas del caso 2 es que no se trata de una auténtica aceptación de sus emociones negativas, lo que conllevaría escucharlas, contextualizarlas, darles respuesta y aprender de ellas, sino de una aceptación resignada ante el poder de las mismas, lo que convierte a estas personas en cada vez más impotentes.
Tanto las personas del caso 1 como las del 3 se sienten víctimas de sus emociones. Un verdadero dominio emocional pasa por creer que se pueden regular y aprender a hacerlo.
Las emociones negativas no son agradables, Pero, ¿y si cambiásemos nuestra forma de pensar respecto a ellas? ¿Por qué no ver las emociones negativas como unas amigas que quieren nuestro bien? De la misma manera que un buen aligo te suelta cuatro verdades que en principio nos molestan, pero que tras haber reflexionado las agradecemos porque nos decimos que tal vez tenga razón al iluminarlas desde otra perspectiva.
¿Y si viésemos las emociones negativas como señales que aparecen para que tomemos conciencia de que algo no va bien? Sobre algo que no va con nosotros, sobre algo que es importante para nosotros, sobre algo que podríamos cambiar para sentirnos mejor.
En resumen, tratar la emoción negativa como el consejo no pedido de un buen amigo que nos dijera: «¡Oye, fíjate! Aquí tienes esto que no va bien, tienes una necesidad no cubierta», y que prestando atención a nuestras sensaciones buscáramos esa necesidad pendiente, y que una vez encontrada nos preguntáramos cómo satisfacerla siendo consecuentes con nosotros mismos.
¿Qué estilo es en el que te reconoces más a menudo?
VIVE Y CELEBRA (Planificación Estratégica Personal y 4ª parte)
«Cuando tratamos de elegir algo concreto, descubrimos que está relacionado con el resto del universo.»
Cuando hablamos de Planificación Estratégica muy a menudo consideramos que se refiere únicamente al ámbito empresarial, sin embargo, enfocar nuestra vida, nuestros sueños y metas con una metodología y una estructura nos va a permitir ser más conscientes y eficaces en el camino para lograr los resultados que deseamos.
Una de las ventajas indirectas del proceso de planificación estratégica personal consiste en la recogida de datos sobre nosotros mismos y nuestro entorno, nuestras posesiones, actividades, frustraciones y éxitos, una base de datos sobre activos y pasivos financieros, alianzas y enemigos, fuerzas positivas y fuerzas tóxicas, que nos facilitará la recopilación, evaluación, clasificación y hasta el abandono de muchas cuestiones.
Así, puedes llegar finalmente a descubrir lo que realmente es importante para ti y organizar más adecuadamente tu vida.
Te recuerdo los pasos que indica el Dr. Bernhoff A. Dahl para una buena planificación estratégica personal:
- CONÓCETE A TI MISMO.
- CONOCE TU MUNDO.
- TOMA DECISIONES SABIAS.
- VIVE UNA VIDA CONSCIENTE
- CELEBRA TUS ESFUERZOS Y TUS ÉXITOS.
Si te perdiste las anteriores partes del artículo, puedes leerlas aquí:
1 – ANTES DE QUE TE OLVIDES
2 – CONOCE TU MUNDO y
3 – DECISIONES SABIAS
En el artículo de hoy vamos a desarrollar los puntos 4 y 5: VIVE UNA VIDA CONSCIENTE y CELEBRA TUS ESFUERZOS Y TUS ÉXITOS.
VIVE UNA VIDA CONSCIENTE
Si preguntamos: «¿Qué es una vida de éxito?», la mayoría de las personas responderán:
- Vivir en un lugar seguro y agradable.
- Con gente que nos respeta y nos quiere y a la que también queremos y respetamos.
- Haciendo cosas que nos satisfacen y recompensan.
- Teniendo lo suficiente para satisfacer nuestras necesidades.
- En una sociedad que reconoce la individualidad, la libertad y la independencia de todo el mundo.
¿Qué es lo que te proporciona a ti satisfacción y felicidad? ¿Cuál es tu situación actual? ¿Se halla tu vida lejos de ese ideal utópico?
Dice un proverbio sueco:
«Teme menos y espera más;
llora menos y respira más;
charla menos y di más;
odia menos y ama más
y todas las cosas buenas serán tuyas.»
Lo realmente importante es que seas consciente de lo que es una vida de éxito para ti y que todo este ejercicio de planificación te sea útil para implementar y adoptar el estilo de vida que tú deseas.
¿Cuál podría ser tu lema vital basado en tu vida actual en tus valores y en tus sueños, esperanzas y proyectos para el futuro?
CELEBRA TUS ESFUERZOS Y TUS ÉXITOS
Cada vez que hayas completado una determinada tarea, celebra el éxito alcanzado.
Celebra también cualquier esfuerzo realizado, aunque no te haya conducido al éxito.
Celebra lo que has aprendido y empléalo en tus futuros esfuerzos.
Comienza asignando un período de tiempo determinado a lo largo de la semana para la celebración, tal vez el viernes después de haber concluido la semana laboral o escolar. Puede ser en un cuaderno bonito, en tu agenda o incluso en un calendario. Es mejor poner por escrito esos agradecimientos, así en momentos de desánimos podrás releerlos y recordar por cuántas cosas puedes estar agradecido.
Celebrar tus esfuerzos, tus éxitos y tu vida condicionará tu cerebro para convertirte en un as encontrando motivos para ser más feliz.
LOS PELIGROS DEL PLAN PERFECTO
Un nuevo año se presenta ante nuestros ojos como un infinito camino nevado virgen de pisadas y repleto de posibilidades. Es el momento de los buenos propósitos, de confeccionar ese listado tan interminable con irreal, cuyo destino es quedarse huérfano de resultados.
La mayoría de las veces los resultados que esperamos no se producirán porque no pasamos de ahí, de hacer un compilatorio de lo que nos gustaría, de lo que desearíamos, aunque sin mucha fe ni mucho compromiso real. Pero en otras, la consecución de nuestros objetivos se hace difícil por todo lo contrario, por un exceso de planificación.
El principio del año es el momento adecuado para trazar el plan perfecto para conseguir tus metas, precisando los pasos que vas a dar y cuándo.
Pero, ¿tiene algo de malo un plan perfecto?
No, siempre que sea flexible, que se pueda modificar e incluso dejar a un lado de vez en cuando. ¡Y es que a veces diseñar un plan perfecto nos hace perder más tiempo reflexionando que actuando!
Reflexionar es imprescindible (es como afilar nuestra hacha mental) pero si no actuamos no nos sirve del todo (hemos afilado el hacha para cortar el tronco, ¿no? ¿a qué esperamos entonces para utilizarla?).
Además, el plan perfecto puede privarnos de aprovechar otras oportunidades que nos lleguen de otros campos; o incluso puede servirnos de excusa posponer aquello que nos asusta o incomoda argumentando que no se ajusta del todo a lo previsto.
¿Qué hacer entonces?
Pues un Plan Razonable y Flexible. Aún así, es mejor no lanzarse a confeccionar un plan para todo lo que queremos hacer el próximo año (o creemos que queremos) antes de explorar lo que realmente necesitamos.
¿Conoces cuáles son tus necesidades a todos los niveles?
Tus necesidades son el reflejo de tu personalidad, única y diferente. No puedes identificar tus necesidades observando a tus amigos, a tus compañeros, es decir, mirando a los demás. Por eso es importante que te detengas a escucharte a ti mismo: ¿Quién soy? ¿Qué necesito? ¿El tipo de vida que llevo responde a mis auténticas necesidades?
Muy a menudo nos encontramos buscando grandes respuestas, grandes oportunidades y, sin embargo, nos olvidamos de cuidar las pequeñas necesidades del día a día, el riego diario. Poco importan nuestras metas, poco importan nuestros valores, poco importa nuestra grandeza interior si no podemos desarrollarnos por completo y no escuchamos nuestras necesidades básicas.
Tómate unos instantes para identificar las necesidades que se encuentran tras tus deseos y acciones. Busca tus necesidades, no aquello que piensas que tendrías que querer, o aquello que te gustaría querer, o lo que otros piensan que tú necesitas. Recuerda que una necesidad es aquello que necesitas tener o hacer para sentir que desarrollas por completo tu potencial. Sólo después de saber lo que necesitas podrás comenzar a diseñar tu plan para el próximo año.
¡Feliz Año Nuevo!