Seguro que has observado que te sientes más lleno de energía y más fresco en ciertos momentos del día respecto a otros. Hay momentos en que parece que lo hacemos todo con más facilidad y rapidez, que fluimos y que todo nos cunde y cuesta menos. Sin embargo, en otros momentos, por mucho que nos empeñemos y esforcemos, somos menos eficientes.
Si somos capaces de utilizar nuestras mejores horas para realizar aquellas tareas que son más importantes, más complicadas y que requieren más atención, nuestra productividad aumentará exponencialmente. No solamente haremos más de lo que queremos sino que lo haremos mejor.
Si no somos conscientes de esas mejores horas y las utilizamos para realizar tareas rutinarias o mecánicas estamos derrochamos nuestro tiempo de calidad posponiendo las tareas importantes. De manera que finalmente cuando tengamos que realizar lo verdaderamente importante tendremos que hacerlo cuando nuestra energía y nuestra atención estén al mínimo. Todo nos llevará más tiempo, requerirá mayor energía, cometeremos más errores, en resumen, que no alcanzaremos el mismo nivel de eficacia.
Para descubrir cuál es tu mejor momento del día para concentrarte en actividades importantes (si no lo sabes ya) puedes responderte a las siguientes preguntas:
- ¿Me cuesta empezar a trabajar a primera hora de la mañana?
- ¿Me concentro mejor por la noche después de la cena?
- ¿Trabajo con mayor entusiasmo con luz solar o con luz artificial?
- ¿Disminuye mi energía después de la comida de mediodía?
- ¿Cómo me siento a media tarde?
- ¿Aumenta de nuevo mi energía a última hora de la tarde?
- Si hago ejercicio, ¿Influye en mi energía la hora en que lo realizo?
- ¿En qué momentos del día me concentro mejor?
- ¿Qué tareas hago normalmente durante las horas en que me siento con más energía?
- ¿En qué momentos del día me siento con menos energía y me cuesta más concentrarme?
Si te acostumbras a programar las tareas realmente importantes para realizarlas durante los momentos en que tu energía y capacidad de concentración sean mayores, podrás aumentar fácilmente tu productividad tanto en cantidad como en calidad.
Trata de crear un espacio diario en que realizar los trabajos importantes. Aunque estos sean muy variados, dispares o poco previsibles, en el fondo todos tenemos una serie de tareas que se repiten con cierta regularidad y está en nuestra mano decidir cuando vamos a realizarlas.
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«Cómo Tener Energía” de Enrique Asterbury Gómez
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